Tras recibir los resultados del barrido electrónico del laboratorio forense, una mujer fue detenida hoy. Es una persona que residía dentro del mismo predio que la víctima fatal.
En un primer momento, los convivientes del fallecido habían mencionado que creían que el crimen se había dado en el marco de un robo, por lo que la investigación se centró en esa hipótesis. Con el correr de las horas y los días esa versión se fue debilitando producto de diversos factores.
Por un lado, por el muy difícil acceso de una persona que no conozca con precisión la chacra donde se encuentra la vivienda. A eso su sumó la frondosa vegetación, la ausencia de iluminación en el horario donde se produjo el crimen y los pequeños senderos entrecruzados.
Todos esos factores permitieron concluir a los investigadores que sólo una persona que conocía muy bien el lugar habría podido acceder al mismo.
La coartada de quien fue señalado como sospechoso del robo – quien pudo acreditar que se encontraba en otro lugar a la hora del crimen – fue lo que permitió avanzar en una hipótesis alternativa.
De allí las sospechas derivaron en el círculo íntimo de la víctima, siendo todos ellos familiares o allegados que residían en distintas viviendas dentro de la chacra donde se suscitó el crimen. La fiscalía ordenó el día del crimen la toma de muestras de las manos de cuatro personas, siendo una de ellas peritados en un laboratorio forense y dando resultados positivos con restos de deflagración de pólvora.
Cabe señalar, que este estudio tiene una certeza científica mucho mayor a la técnica del dermonitrotest utilizada anteriormente en otras investigaciones similares.
En las próximas horas tendría lugar la audiencia de formulación de cargos donde el representante del Ministerio Público se expondrá el hecho materia de acusación y la calificación legal en la que encuadraría.
