Los memoriosos pueden recordar una entrevista en la que el presidente Javier Milei explica que ingresó a la política partidaria porque lo convenció el dirigente sindical de Farmacéuticos y Bioquímicos, Marcelo Peretta. Eran momentos de cruces de ideas y proyectos de un eventual programa electoral que llevaría al economista libertario a la Casa Rosada.
Sin embargo, Marcelo Peretta no alcanzó acompañar a Milei en su administración aunque sus planes de realizar un cambio profundo en el mundo laboral, con corazón en la modificación de la Ley de Contrato de Trabajo, “que parece tallada en piedra como si se tratara de un mandamiento inamovible”, fue presentado en formato de libro “El derecho a elegir tu sindicato” prologado por el jefe de la bancada Encuentro Republicano Federal, el diputado Miguel Ángel Pichetto y acompañado por una importante delegación de sindicatos con personería jurídica gremial y representantes de otros que no la tienen e intentan tramitarla.
En diálogo con NA, Marcelo Peretta explicó que es tiempo de “…una reforma laboral más ambiciosa que la que se sancionó recientemente. Lo ha intentado el radicalismo de Alfonsín con la ley Mucci, después, con la ley Banelco de De la Rúa, pero han fracasado. Algo se intentó hacer ahora, pero más que nada es un blanqueo para los empresarios para que no paguen las multas que adeudaban, más la posibilidad del fondo de cese laboral. Lo cierto es que una verdadera reforma tiene que basarse en cuatro aspectos fundamentales que yo planteo en el libro.
NA-¿Cuál el punto principal de la reforma que plantea?
Peretta- Volver a la competencia sindical. Hoy no hay competencia, hoy tenemos el modelo de unicato (en la historia nacional, unicato es el nombre con el cual se designa al sistema de influencias políticas basado en las canonjías, prebendas y castigos ejercido por una autoridad), por el cual el sindicato que tiene personería lo tiene todo. Entonces, se vuelve un todopoderoso, un sindicalista que esté a cargo, millonario, y con eso financia campañas políticas o funcionarios para que nadie altere, entre comillas, la unidad y el modelo que Perón determinó en el año 1945. Y eso está mal, porque ni es bueno el modelo, hay ocho millones de trabajadores en negro, y cada vez hay menos afiliados a los sindicatos, salvo algunos “gordos” que mantienen el volumen, porque inclusive le roban afiliados a los sindicatos, chicos. A los sindicatos “flacos”.
NA-Lo cierto es que el sindicalismo vive una etapa de descrédito social muy grande desde hace tiempo.
Peretta- Si. Hay un descrédito. Si vos ponés en las encuestas la credibilidad que tienen los sindicalistas, el sindicalismo está último, inclusive por debajo de la política, que tiene también un alto descrédito. Entonces, vos tenés que tener competencia, tenés que tener libertad sindical y de afiliación. Vos no le podés imponer a tu trabajador que vos sos mío, vos sos afiliado, te descuento la cuota. Como sindicalista lo tenés que convencer, indudablemente, que estar afiliado a un sindicato, estar bajo un convenio colectivo de trabajo, es mucho mejor que no estarlo. Pero lo que no se debe hacer es ir a la puerta del empleador y decir acá son todos míos, acá están todos bajo convenio y se acabó. La patota no va más. Entonces vos tenés el modelo actual que es plata, que te da la personería de ser poderoso, y patota, porque estos te patotean para hacer, digamos, valer el derecho que creen. Y, en definitiva el trabajador está insatisfecho. Ahora, si vos lo convences y le dices, mirá, vos vas a ganar entre 15 y 20% más si estás afiliado, si estás bajo convenio es más difícil que te echen. El ejemplo de lo que digo es lo que pasa en el Estado nacional. A los primeros que están echando son a los que no están afiliados, con contratos. En fin, yo explico a lo largo de estas 330 páginas todo un nuevo modelo sindical para que reemplace estos sindicalistas gordos que para mí tienen la fecha de vencimiento.
Para el diputado Miguel Ángel Pichetto el valor del libro de Marcelo Peretta radica en que alumbra la génesis del problema y propone soluciones. “En primer lugar porque narra la decadencia de la Argentina. La Argentina del año 1.974 que tenía tres puntos de desempleo, casi pleno empleo como los países desarrollados, capitalistas. Y un proceso de destrucción masiva del empleo que comenzó con la dictadura militar y su conducción económica y con la crisis de los sucesivos gobiernos que ninguno pudo resolverlo. Con la carga impositiva sobre las empresas y también un modelo que consolidó el asistencialismo para los pobres, crecía el gasto público, se trabajaba con los planes y no se alentaba la PyME o la producción. Me parece que esa es la tragedia nacional y es un buen intento de Marcelo para explicar qué pasó y cuáles son los mecanismos de salida para que la Argentina vuelva a recuperar el trabajo como eje central. Como solución plantea un esquema de democracia sindical que yo avalo. En una oportunidad anterior, donde presentó otro libro que tenía que ver con este tema, se señalaba que los sindicatos también tienen que trabajar para democratizarse, para impedir las relaciones indefinidas. Esto también está en crisis como tantas otras cosas en la Argentina.
En el encuentro realizado en un salón de un hotel a metros del Congreso Nacional, se señaló con un ejemplo concreto, la resistencia a los cambios ejercidos por los sindicalistas de la “vieja guardia”.
Las elecciones en el sindicato de vigiladores privados donde hay una lista que pide no ser proscripta y aboga por participar en elecciones transparentes para conducir el gremio. Ángel García, abogado de profesión, fue consagrado al frente del gremio hace 40 años con el impulso de Eduardo Duhalde. En 2016, García perdió el control de la Unión Personal de Seguridad de la República Argentina, que fue intervenida por Jorge Triaca (h). Sobre el epílogo del macrismo, Dante Sica levantó la intervención y homologó la lista Leónicas Requelme, cercano a Luis Barrionuevo, fuertemente enemistado con García. Pero, con el gobierno del Frente de Todos de Alberto Fernández y Claudio Moroni en Trabajo, le devolvieron el control a Ángel García.
Hoy, Christian López, un joven dirigente cercano a la familia Moyano, formado en el exterior y con experiencia gremial previa que recorre el país advirtiendo acerca de la importancia de este sector de la economía en medio de tanta inseguridad, debe defender a diario su lista y explicar que no se bajará de la compulsa electoral que se desarrollará el próximo 11 de diciembre en medio de fuertes tensiones por una elección “muy caliente”.
Para, el dirigente sindical del cítrico, Juan Carlos “Oso” Brite que acaba de lanzar una rama sindical en apoyo al gobierno de Javier Milei, la posición de Peretta es certera y en diálogo con NA, señaló “El monopolio de los convenios colectivos de trabajo ha desvirtuado a los sindicatos de base que son de rama y actividad. Y los ”gordos” se quedan con todo o buscan quedarse con todo. O sea, ¿qué significa esto? Que la ley dice claramente rama y actividad. Si vos trabajás en el limón, no tiene por qué tener empleados rurales en el convenio colectivo de ellos. O si vos estás en una empresa citrícola, los tiene Armando Cavalieri, Armando los convenios colectivos. Y así sucesivamente, o en los drugstore que hay dentro de las estaciones de servicio, ¿por qué los tiene que tener el sindicato de estaciones de servicio si es un drugstore? No manipulan combustible, no están con una manguera. Sin embargo, lo facturan de prepo. Con los convenios colectivos hay gremios que han armado lobbies multinacionales de negocios. Han convertido los sindicatos en imperios personales. Hasta Milei, que ha comenzado por desregular todos los monopolios que han convertido a los sindicatos en bienes personales y patrimonios de sus familias. Entonces, acá lo primero que hay que hacer es desregular todos los convenios colectivos de trabajo, dejarlos sin efecto, volver a lo que dice el origen de la ley, que la representación es por rama y actividad, y volver a la libre elección. Pero si vos no volteás todos los convenios colectivos vigentes, todo lo demás es decorado. Acá hay que ir al cáncer, hay que ir con cirugía mayor”, afirmó.