Hoy martes 25 de abril, a las 20 hs. con la proyección del film “El tango de Rashevski”, la sala Lorenzo Kelly del Complejo Cultural Cipolletti inaugura un ciclo que celebra la cinematografía judía.
Organizado por el “Centro Social y Cultural Israelita de Allen, Cipolletti y Neuquén“, junto a la Secretaria de Cultura del Gobierno de Cipolletti el Ciclo de Cine Judío podrá disfrutarse en la sala de cine del Complejo Cultural Cipolletti el último martes de cada mes.
La entrada libre y gratuita se obtiene en la boletería online ingresando a www.cipolletti.gob.ar
El tango de Rashevski
Año: 2003 – Duración: 90 min. – Dirección: Sam Garbarski – Género: Drama – Calificación: +13 – Idioma: francés, hebreo e inglés, con subtítulos en castellano
Una conmovedora saga familiar que –inevitablemente- nos hará pensar en: “¿Qué significa ser judío?”. La matriarca de la familia, Rosa Rashevski, creía que –en momentos de pesar o tristeza- un buen tango podía llegar a hacerte tan bien como un caldito de pollo casero o el refugiarse en la religión. Ella nunca se llevó bien con rabinos o con cuestiones religiosas, sin embargo sorprende a todos reservándose “un terrenito” en el cementerio de la comunidad.
La muerte de Rosa a los 81 años desata una crisis de identidad y una búsqueda interior en las tres generaciones Rashevski que no saben cómo manejar su entierro. Mientras la familia se reúne tratando de decidir si todas las tradiciones con respecto al duelo deben ser observadas, el film nos va mostrando como en un caleidoscopio la vida judía de una familia europea moderna que incluye: sobrevivientes del Holocausto, veinteañeros, parejas de casados en segundas y terceras nupcias, judíos observantes y nada observantes, convertidos, israelíes, otros que viven en la diáspora, circuncisos y no-circuncisos, reformistas y ortodoxos. El film es una delicada mezcla de sátira sofisticada y aguda, y drama reflexivo.
Una exploración de la multiplicidad de las vidas judías en el mundo de hoy.
La historia se inicia con la muerte de la abuela Rosa. Odiaba la religión y a los rabinos y sin embargo se había reservado una sepultura en el recinto judío del cementerio. Los Rashevski no saben qué pensar. Es como si de pronto se les plantean unos problemas insólitos y no logran ponerse de acuerdo. No saben cómo enterrarla. Apenas comienza su nueva vida sin Rosa y ya la están echando en falta. Les entran dudas sobre su identidad de Rachevskis y cada uno se lanza a su propia aventura personal como si sus vidas no fueran, de por sí, lo bastante complicadas. Menos mal que existe el tango.