Uno de los aspectos esenciales para alquilar un inmueble son las garantías. Esta es la manera que tienen los propietarios de cubrirse y proteger su vivienda ante futuros incumplimientos de los inquilinos.
En el 2020, entró en vigencia la nueva ley de alquileres que modificó diversos aspectos de los procesos de alquiler. Uno de los cambios más importantes fue la posibilidad de elegir entre una lista de alternativas de garantías.
Actualmente, los inquilinos pueden presentar al propietario dos de las siguientes opciones: seguro de caución, aval bancario, título de propiedad, garantía de fianza o personal. En esta nota, repasamos de qué se tratan.
Seguro de caución
El seguro de hogar o de caución es una garantía respaldada por una compañía aseguradora. En este caso, el inquilino la contrata de manera inmediata y rige durante todo el tiempo de contrato del alquiler.
Esta opción, permite que, en caso de incumplimiento del inquilino, la empresa responda inmediatamente por él. No solo paga la deuda del locatario, sino que además se encarga de realizar los trámites necesarios para recuperar el inmueble.
Aval bancario
En este caso, un banco garantiza al propietario el respaldo necesario para alquilar. Para obtener esta garantía, existen ciertos requisitos y condiciones que debe cumplir el locatario como:
- Ser cliente de la entidad bancaria
- Contar con capacidad de pago
- Tener un buen historial crediticio
En caso de incumplimiento, el banco responderá por el inquilino y abonará su deuda acumulada con el propietario. Sin embargo, luego le exigirá a su cliente la reintegración del dinero, es decir, que pasará a deberle al banco.
Título de propiedad
En este caso, el inquilino debe presentar los papeles de una propiedad inmobiliaria como respaldo. Esta era la garantía que se solía exigir antes de la sancion de la nueva ley de alquileres.
Sin embargo, el título de propiedad es algo muy difícil de conseguir para inquilinos. Por otra parte, para los propietarios, no representa una garantía sólida puesto que los inmuebles pueden cambiar su condición (por venta o sucesión) y perder toda su validez como garantía.
Garantía personal
En este caso, el locatario ofrece una demostración de solvencia económica que lo posiciona como garante. Para esto, es necesario presentar una serie de documentos que acrediten su capacidad económica.
Es probable que, en este caso, se solicite un recibo de sueldo o algún certificado de ingresos para garantizar la solvencia del inquilino. También, si se trata de más de un locatario, se pueden sumar los ingresos de todos.
Garantía de fiador
Por último, en el caso de la garantía del fiador, una persona o sociedad se hace cargo de respaldar al locatario. En caso de incumplimiento, el garante elegido será el encargado de responder por las deudas del inquilino.
La persona que firme como garante, deberá demostrar su solvencia con documentación similar a la que se presenta para la garantía personal. Por la gran responsabilidad que implica este respaldo, generalmente los inquilinos recurren a familiares o amigos cercanos.
